viernes, junio 25, 2004

Pegaso/ viernes

La sangre te recorre como un cedro,
Se recorre así misma y yo en ella
Como alrededor de un poste
Corro prisionero de una soga terrible,
Pronto llegara el que libera,
Lo siento por que lo sientes
Y lo buscan tus pupilas fatales
Intranquilas como la piel del mar.
Estuvimos juntos desde siempre,
Yo invisible como un embrión
Ascenderé como mariposa que se ha destruido
Como blanco loto abriéndose en el cieno.
Fuiste creada para mí y me desconoces
Y yo para una sombra que desconozco,
Todos somos sombra de otra
En la cadena que es causa un dios que no es sombra y es fin.
Cuando tu carne saborea el filo
Tus pupilas vibraron de dolor
Y tus lagrimas se hicieron como las otra,
Aquella que fue forjada para matarte.
Un grito inmemorial y enfermo
Alcanza a emerger antes de que caigan
Esa espada y esa cabeza que se odian
Tu corazón desconoce el final
Y tu piel tensa pulula la sangre
Débil y moribundo aun bombea ignorante
De que eres la mitad en la que no soy ni seré,
La que me llama y escapa,
La sombra de la que soy sombra.
Cuando tu mueras naceré.